- Hacer más con menos es una de las claves para que las micro, pequeñas y medianas empresas persistan.
Efecto Ezpiral.-

El consejero empresarial, Javier Zepeda, consideró que las polarizaciones políticas, así como el conflicto entre Rusia y Ucrania, generan un efecto dominó que afectan la economía de las empresas y que, a su vez, impactan al ciudadano.
“Lo que está afectando directamente a las empresas es, por un lado, la polarización a nivel político, la división de grupos de choque de interés y que eso, a su vez, afecta de manera directa, el tema de inversión, el tema de productividad, la falta de apoyo a nivel empresarial.
“Por otro lado, el tema de la inflación no solamente en México, sino en el mundo, y hablando particularmente del tema de la invasión de Rusia a Ucrania, finalmente, esto está mermando en el alza de diferentes tipos de productos, hablando particularmente de los combustibles, gases, petróleos que mueven”.
Y el impacto no es solo en las empresas, también en las familias, pues, por ejemplo, Ucrania es uno de los principales exportadores de grano y ante el conflicto bélico, el precio del maíz puede encarecerse, provocando un incremento en el precio de un producto básico en México: la tortilla.
“Es un ejemplo muy burdo, pero hoy por hoy ir a la esquina a comprar unos tacos ya sale más caro por el simple hecho del aumento en la tortilla y todo lo que esto se relaciona, es un ejemplo tan burdo, pero que al final del camino está afectando de manera directa a la economía familiar”.
Los niveles de inflación que se tienen, recordó el consejero empresarial, son un indicador de que el dinero que se tiene alcanza para menos, incrementando la pobreza salarial.
“¿Qué quiere decir? Trabajo, genero un ingreso, pero este ingreso no me alcanza para cubrir mis necesidades básicas y hoy por hoy hay mucho más pobreza salarial de la que existía hace un par de años.

“Por otro lado, el precio del dinero ya es más caro, con el alza de las tasas de interés, quiere decir que el valor del peso encarece y esto afecta directamente a quienes usamos tarjetas de crédito, plásticos o créditos a tasa variable en el que en el momento que aumenta la tasa de interés, tu deuda aumenta”.
Zepeda comentó que, pese a que ya está por concluir el primer cuatrimestre del 2022, la famosa cuesta de enero se sigue sintiendo en los bolsillos de las empresas y las familias, por lo que se debe hacer un estrategia para desarrollar una estabilidad y crecimiento a pesar de los factores externos.
Para librar todos estos factores y no morir en el intento, dijo, las micro, pequeñas y medianas empresas deben “pensar diferente” y tener en su vocabulario dos palabras fáciles de decir, pero difíciles de aplicar: eficiencia y rentabilidad.
También resaltó como tema delicado que solamente uno de cada diez empresarios de todos los niveles realizan planeaciones anuales y revisiones posteriores para optimizar el buen funcionamiento de sus organizaciones.
“Se debe ser eficiente y más rentables, muchos creen que deberíamos estar pensando a quién venderle más, cómo vender más y cómo atraer mayor número de ventas a las empresas, hoy por hoy no es el camino adecuado el buscar vender más porque prácticamente está muy peleado, muy competido, el recurso económico se está guardando para cuestiones esenciales”.
“Las empresas y las personas tendríamos que irnos por dos caminos que son más lentos, pero que son más efectivos, por un lado, ser más eficientes, hacer más con menos”.
En este punto, dijo, se debe buscar que procesos que son largos, se hagan más cortos obteniendo el mismo resultado, esto a través del uso de nuevas tecnologías, tendencias e indicadores, automatizando procesos y eliminar la burocracia, optimizando, de esta manera, los tiempos.
En el caso de la rentabilidad, que va de la mano de la eficiencia, pues se gastaría menos de lo que en teoría debería de ser, ya que se está haciendo más procesos con menos esfuerzos.
“Cuando soy eficiente y soy rentable quiere decir que estoy gastando menos de lo que debería de gastar, quiere decir que ya revisé mis procesos, mis ciclos de gastos, incluso ya deseché gastos innecesarios o dejé en pausa gastos que pueden esperar, entonces puedo mantenerme, puedo sobrevivir y pensar en un crecimiento cuando ya tengo una estabilidad operacional y financiera”.

De esta manera se puede luchar con los factores externos y, en lugar de cerrar, mantenerse e incluso tener un crecimiento.
“Más allá de pensar en nuevos clientes, en nuevos mercados, nuevas inversiones, nuevos productos, nuevos servicios, es: con lo que ya tengo de manera interna, cómo lo mejoro y cómo lo aprovecho”.
Zepeda reconoció que ser eficiente y rentable requiere de paciencia, pues es necesario hacer análisis, estudios, ejecutar acciones y darles seguimiento.
“Pensar diferente habla de querer hacer cosas diferentes y de trabajar haciendo cosas diferentes dentro de la empresa. Prácticamente el 90 o 95 por ciento de las unidades económicas en nuestro país son micros, pequeñas y medianas empresas que no estamos acostumbrados, no estamos educados a eficientar procesos, a automatizar procesos, a aprovechar la tecnología, a sistematizar nuestras operaciones y esto hace que a su vez estas empresas sean las que mueran antes que las macroempresas”.
El consejero empresarial recordó que al tener empresa sanas, productivas y eficientes se ayuda a la economía familiar porque existe una estabilidad y de ahí se parte a un posible desarrollo y crecimiento empresarial.