Relamparia, el juego constante con las palabras de Alonso Arreola

  • Un libro con la sonoridad y luminosidad del relámpago

Juana María Ramírez.-

La pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara nos trajo sorpresas más que agradables, sobre todo por regresar a la presencialidad, por eso al ingresar al salón aquel donde nos dijeron que sería la entrevista las cosas comenzaron a ponerse extrañas: primero un salón de paredes de madera con un par de sillones al centro sobre una alfombra de múltiples colores ocres nos dio la sensación de entrar a un mundo diferente, como esos tantos que hemos leído; luego llega el autor con su Guitarra Bajo entre las manos, se hacen las presentaciones de rigor, toma asiento y nos disponemos a las preguntas, pero el guarda silencio y comienza a tocar ese bajo que parece formar parte de él mismo, parece responder con esto el porqué de Relamparia.

Se trata de Alonso Arreola, quien con esa apariencia de joven despreocupado es sumamente reconocido en el mundo de la música, y por sus entrevistas hechas por él a otros creadores, editoriales y un sinfín de publicaciones en periódicos y revistas, vino a la FIL Guadalajara a presentar su libro, o mejor dicho a deslumbrar con esos relámpagos que se dejan ver en cada una de sus brevedades, en esa musicalidad de las palabras que llegan a hechizar al lector.

Y es que su música viaja entre las intrincadas letras de Arreola, no por nada se define a sí mismo como escribajista en el propio libro, este que a fuerza de brevedades como un relámpago ilumina paisajes escenas y situaciones que salen a fuerza de jugar y degustar las palabras.

“Es un libro muy caprichoso, pero me gusta su sonoridad, que al final es la sonoridad del relámpago” define, “siempre he sido fanático de las formas breves y hay muchas formas de nombrarlas, desde luego: aforismos, apotegmas, citas, gregerías, voces, etc. y se me hacía interesante; Relamparia es mi forma, mi manera de nombrarlo”.

Es un juego constante, cuenta, “con mis amigos, con mi mujer, siempre estoy inventando palabras, es algo que sucede, no es que me lo imponga, estoy siempre poniendo apodos, viendo palabras entremezclando ahí, es al final un mecanismo muy musical porque es el mecanismo que uno utiliza para la composición y para la improvisación. Es a lo que me he dedicado, es un vehículo de expresión importante, nunca me siento más tranquilo más que cuando tengo el bajo en las piernas”.

Y es que Relamparia es eso, un juego constante con los significados de las palabras, llevarlas al extremo para dibujar escenas, pensamientos darle voz a imágenes inamovibles que se anidan en la mente del lector,  porque al final, dice, se trata de estos ejercicios un tanto relumbrantes… “relumbrantes para mí. Ese dictado secreto y espero que a algunos lectores lo es pueda pasar lo mismo, son una de esas voces como decir las palabras tienen palabras en la puta de la lengua, ¿cierto? pasa como con la música, con las escalas, los acordes, los arpegios, falta solo cambiar una letra para que sea otra cosa, me gusta eso esa posibilidad”.

Le preguntamos sobre los temas a los que más recurre al momento de escribir “la propia música fíjate, la naturaleza, me gustan los haikus, de pronto me doy cuenta de que hay elementos de la naturaleza que se repetían (en su obra), me di cuenta que había varias cosas que se relacionaban con las piedras y varias cosas melancólicas en torno a la infancia, no lo planee, sucedió y al momento de clasificarlos me di cuenta que estaba eso ahí. Entonces fue un conocerme de manera distinta”, responde.

El autor se muestra sumamente agradecido con Ática, la editorial que publicó su libro y nos hace ver la belleza del mismo como objeto, pues además se editaron dos versiones uno serigrafiado con pasta dura y otro, más rústicos y con colores invertidos, además del libro electrónico u otro sonoro grabado con su propia voz “Relamparia es un libro publicado con Ática libros contiene una colección de textos breves que van del aforismo, al poema, al microcuento, a ciertos divertimentos que juegan con las posibilidades de las palabras, no solo en su significado, sino en su forma y que fui coleccionando a lo largo de varios años para finalmente organizarlos en el 2020, en la pandemia”. Señala a forma de explicación breve.

De entre las notas del bajo que sigue en sus manos, nos relata con voz tranquila que todo lo escribió a lo largo de varios años sin pensar en publicarlo, “ni juntos ni separados, fueron saliendo así, algunos son fragmentos de memoria”.

“Justo en el 2020, cuando estaba pensando en clasificar estos textos recibí una llamada de Paola Tinoco, que es la responsable de Ática y me preguntó si quería publicar con ellos, entonces fui sumamente afortunado, porque coincidió perfectamente, entonces no solo coincidimos en ellos sino en la visión del objeto que queríamos tener en las manos”, recuerda, y nos cuenta que en el momento de clasificación de los textos a publicar, tuvo que dejar muchos de lado los cuales deshecho por completo, aunque durante la pandemia continuó escribiendo al punto de concluir otros dos libros más, los cuales dice ya verán la luz en su momento, “La pandemia quitó mucho y dio mucho”, señala.

Y es que, al parecer los días que la pandemia nos dejó en pausa en el mundo entero, y que por lo tanto afectó la vida en diferentes niveles pero que también les dio a las personas creativas ese espacio para llevar a cabo procesos creativos de lo que Alonso Arreola, tampoco se sustrajo, pues no solo llevó a la imprenta Relamparia, sino que además continuo con su proceso de escritura, algo que afortunadamente para los lectores es de agradecer.

“Por supuesto, es que luego se nos olvida que el ser humano nunca es mejor que cuando está limitado, grandes obras artísticas lo han probado desde El Quijote a El hombre busca el sentido de Viktor Frankl. Muchas ideas grandiosas de la humanidad se gestaron justo por las limitaciones de un encierro, de una guerra realmente nos convertimos en la mejor versión de nosotros cuando debemos sobrevivir”, reflexiona.

Señala sentirse feliz con la publicación de Relamparia y ya lo que sigue, fuera de las presentaciones es trabajo del propio libro, “me siento como cuando saco un disco, es muy grato que un grupo de ideas y pensamientos, que de pronto tuviste, se materialicen en un objeto y comiencen a circular, es como un dialogo en realidad, yo no tengo expectativas nunca, de ninguna especie, sé que es un libro extraño, sé que soy un tipo raro, lo tengo asumido desde hace mucho tiempo, entonces no estoy esperado a que llegue a estados de más vendidos… sé que se va a vender, pero también sé que tiene que tener su propio ritmo, no me causa ninguna angustia, lo sueltas y ya es del lector”, dice tranquilo.

“Pasa como con la música, si me importa que una vez que tiene uno una obra creativa, sea musical o literaria haga lo que se deba para que la gente lo conozca, pero no es que exista una preocupación en términos de, les gustará o no les gustará, sino que pase lo que tenga que pasar, pero sí hacer un esfuerzo para que suceda, ese contacto para tener entrevistas, contacto para que quien confió en nosotros, en una editorial gane recupere y gane dinero. Esto es importante, para que las cosas existan como objetos se necesita de una industria y tenemos que asumirlo”.

Pese a que Alonso Arreola ha escrito una gran cantidad de artículos, entrevistas, reseñas, crónicas, cuentos y poemas que han aparecido en prestigiados diarios y revistas del país, este es su primer libro como tal , pues en el anterior hizo una recopilación de las cartas que su abuelo Juan José Arreola escribió para su abuela. Con Relamparia nos entrega una parte de su visión particular del mundo que le rodea, otorgándole otros nombres y otros significados, pero dejando el asombro en el lector, que como el fogonazo de relámpago puede llegar incluso aturdido por una idea, un relámpago que en unas cuantas palabras logra atisbar una imagen que puede ser bella o no, pero que deja pensando en esos otros mundos que la imaginación del escritor propone.

“Me siento bien de que no sea una novela, me siento bien de que no sea un cuento largo, me siento bien de que no sea un ensayo porque al ser relámpagos, textos breves sé que cualquier lector va a encontrar cosas que le gusten, otras le podrán parecer algo retadoras, obscuras o extrañas, pero también hay un asunto importante, yo amo la incomodidad, estamos en un momento donde a la gente le da miedo la incomodidad y entonces, eso pareciera un juicio de valor y no entendiste, primero es tu problema o parte de tu problema y la otra es ¿y no te parece atractivo no entender algo? O sea en el amor hay mucho de enigmático, si conoces a alguien nuevo que te atrae, realmente no entiendes cabalmente como es esa persona y aparte de esa incomodidad de no entender las cosas en realidad  nos ayuda a ser mejores y a comprendernos a nosotros mismos”, pero estamos en momentos de mucha pereza mental,  la gente quiere estar cómoda: tenemos el coronavirus, tenemos los problemas económicos, laborales, familiares etc., y luego además viene un pinche libro raro que me exige que me ponga a pensar, bueno hay quienes nos entretenemos con eso”.

Definitivamente con Relamparia no hay espacio para la pereza mental, ¿Quién se puede hundir en ella si en cada página que Alonso Arreola nos obsequia en lo que él llama: caramelitos mentales? Es un libro que no se pueden más que disfrutar.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.