- Esta puesta en escena es parte de la iniciativa “Súbete el cierre: arte y acción”, que cuenta con el apoyo de la Secretaría de Cultura Jalisco
Efecto Ezpiral.-
La gran mentira de Romeo y Julieta es el nombre de la obra dirigida por Enrique Arroyo, licenciado en Artes Escénicas y alumno de la maestría en Gestión y Desarrollo Cultural del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD). “La intención es posibilitar las reflexiones y también las acciones que, aunque sea en un marco ficticio, se lleven o apunten más hacia la reflexión”, dijo.
El elenco de esta obra, dirigida principalmente a audiencias jóvenes, está integrado por Esther Yuen, Alejandro López y Donaldo Tornéz, quienes interpretarán a los personajes principales Esther, Alex y Aldo, respectivamente. Este trío se enfrentará a sus propios prejuicios sobre el amor, el coqueteo y el sexting. La obra incluye testimonios que cuestionan el machismo y los límites a la hora de coquetear o tener un noviazgo.
Arroyo contó que en esta puesta en escena el público podrá interactuar con los personajes: “Lo que hacemos está inspirado en el teatro-foro, y lo que se presenta en escena son situaciones de conflicto entre personajes; buscamos que la audiencia participe en la escena, se suba al escenario y haga algún personaje para resolver la situación que está ocurriendo”.
Ante la nueva normalidad se hicieron algunos ajustes para mantener la participación del público a través de la virtualidad. Arroyo explicó que, previo al inicio de cada función, las y los asistentes serán añadidos a un grupo de WhatsApp, donde se compartirán videos testimoniales de los mismos personajes y las y los espectadores podrán interactuar con ellos. Posteriormente, la obra se trasladará a la plataforma de Zoom, y en algunas escenas se dará tiempo para que la audiencia también intervenga.
Sobre cómo surgió la idea de La gran mentira de Romeo y Julieta, Arroyo explicó que se realizaron análisis periodísticos y testimoniales: “Trabajamos con la observación de tendederos de acoso y con anécdotas tanto de adolescentes como del elenco, y a partir de ahí se generaron una serie de improvisaciones que terminaron en escenas concretas”.
Arroyo reflexionó sobre la importancia de abordar estas temáticas en la oferta cultural de las audiencias jóvenes: “Es importante reflexionar en cómo estamos educando a las y los jóvenes (…) Pensar en la adolescencia, ‘¿cómo nos estamos construyendo como varones?’, es una pregunta que a mí, en la secundaria o en la prepa, nunca me pasó por la cabeza. No se nos enseña la perspectiva de género, que hay estereotipos que hay que cuestionar, o si se nos enseña, es de una manera muy teórica”.