Evitar la ignorancia y usar la razón

*Por Juan Carlos Hernández A.-

Cuando hay y nos asiste la razón, en el pensamiento, en el actuar y en el decir, es maravilloso ver cómo los que nos escuchan nos atienden con ánimo y con mucho interés y coincidan con lo que expresamos, pues se es congruente en el hablar y en el actuar. Congruencia es una palabra seria y de gran utilidad. Cuántas personas conocemos que no la tienen. Pero cuántas sí. La ignorancia es la madre de todos los vicios. Pues se cometen errores, por mero desconocimiento. Solo que un error será aceptado, pero otro igual ya no. Igual que la razón es atendida y la sinrazón ignorada.

Permítame explicarle amable lector, para entender bien al resto de los humanos es menester de parte nuestra esforzarnos por documentar y conocer de qué, cuando nos expresemos, lo hagamos con el más común de los sentidos: el sentido común. Aunado a ello es muy probable que si razonamos y concretamos las ideas puede que hasta nos volvamos interesantes.

“No es muy difícil atacar las opiniones ajenas, pero sí el sustentar las propias: porque la razón humana es tan débil para edificar, como formidable ariete para destruir.” Jaime Balmes.

Esta práctica de buscar el raciocinio de las ideas no se da en ciertos sectores, ciertos grupos, ciertas personas públicas y privadas que usted y yo podemos conocer; parece más bien que lo que buscan es ir a contra corriente, echar culpas a diestra y siniestra, crear pretextos, ocultar problemas, hacer de la razón no la virtud sino el pretexto y utilizar bien y conveniencia la sinrazón, la supina ignorancia.

“La llama de la vida, ha de consumir algo la dejamos encerrada, ociosa, en nuestro interior, nos devora a nosotros mismos” Jaime Balmes.

Reza el refrán “el que no escucha consejo no llega a viejo” pero parece que hay viejos que aunque los escuchen se quedan sin el consejo. Nomás no aprenden, no aceptan la razón y viven sin ella. A menudo es un acto muy homogéneo (cosas muy parecidas) en que siendo incongruentes, las personas andan por el mundo derrochando pobreza intelectual.

“Las pasiones se calman, las declamaciones fatigan, las sátiras caen pronto en olvido, los insultos se vuelven contra los mismos que insultan; pero la razón y la verdad permanecen: el decoro y la templanza allanan el camino a la convicción, y concilian el aprecio” Jaime Balmes.

Esconderse, no ser responsable, vivir en la mediocridad, hacer prejuicio, no reconocer nuestros defectos, creer que siempre tenemos la razón, no es más que un acto de soberbia y pueda que hasta de egocentrismo. Tengamos cuidado. No mostremos nuestra pobreza de conocimiento, antes bien razonemos al momento de que nos expresemos.

“El pensar bien consiste, o en conocer la verdad, o en dirigir el entendimiento por el camino que conduce a ella. La verdad es la realidad de las cosas” El Criterio, Jaime Balmes.

Podemos educarnos en ciencia y tecnología, en artes y cultura, pero el entendimiento humano no necesita siempre de grandes lecturas para entender que en la sencillez y la humildad está el inicio de nuestras propias convicciones; prestemos atención, ejerzamos mejor nuestra razón, aportemos con lucidez e inteligencia a nuestra familia, amigos, directivos y compañeros de profesión, para crecer como personas razonablemente aceptadas; en un país que nos interesa crecer y beneficiar. Aportemos. Es mejor que nos digan: qué razón tenías…y no lo contrario. ¿Usted cómo la ve?

 *El autor es maestro en Gestión Social y Políticas Públicas.

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