- Las mujeres siguen siendo representadas con una dualidad buena o mala, sin matices, afirma académica del CUCSH
Efecto Ezpiral.-
Las series mexicanas transmitidas por plataformas de video bajo demanda como Netflix, reproducen los mismos estereotipos de género que las telenovelas de los canales de televisión abierta, de acuerdo con un estudio realizado por la investigadora del Departamento de Estudios de la Comunicación Social, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), doctora Fabiola Alcalá.
La especialista analizó cuatro series mexicanas, que se transmiten vía plataforma multimedia, que tienen a mujeres como protagonistas, con la intención de saber el tratamiento que le dan a los personajes femeninos, y si éste corresponde con el discurso que sostiene esta empresa (Netflix) de ofrecer historias novedosas y actuales.
“Netflix se vende como un creador de contenidos diferentes y nuevos, pero no son tan diferentes a lo que nos ofrecía la televisión tradicional. Tal vez se permitan ciertas cosas que puedes ver a simple vista, como mostrar más escenas de contenido sexual o un lenguaje más coloquial, pero el tratamiento que dan a las mujeres no es tan distinto a las telenovelas”, señaló la investigadora.
Las producciones, elegidas entre las más vistas en 2018 , Yo soy yo, Club de Cuervos, Ingobernable y Juana Inés, ayudaron a la académica a identificar los cuatro tipos de mujeres en las que son encasillados los personajes femeninos; éstos son: las “Mamás”, que hacen todo por sus hijos; las “Trofeos”, medio bobas, que suelen ser malas y tienen que hacer daño; la “Homosexual”, que es tratada como un problema y la “Inteligente”, estas dos últimas son vistas como extrañas.
“Las mujeres en la representación audiovisual del cine se han colocado en dos campos: las buenas o las malas, y eso se sigue distinguiendo. Las mujeres están al servicio de la mirada masculina, por lo tanto son representaciones de objetos del deseo, tienden a estar entre las madres abnegadas, las virginales y cándidas, o las malas que hacen daño y que narrativamente son castigadas”, explicó.
Alcalá, miembro de la Red de Investigadores de Cine de Guadalajara, aseguró que sólo en la serie Yo soy yo hay un personaje de una mamá separada, con hijos, que tiene pareja y tiene una vida propia más allá de sus hijos; representa una contravisualidad y aporta elementos y matices distintos a las demás.
En Club de Cuervos todos los personajes femeninos son mujeres trofeo que, además, fortalecen la visión machista en la que el padre fallecido es un gran empresario que tuvo tres mujeres diferentes con las que procreó hijos. Isabel, la coprotagonista puede parecer una mujer inteligente, pero finalmente es una niña adinerada que usa su audacia para ganarle siempre a su hermano, dijo.
En Ingobernable se reproduce la idea de la mujer abnegada que, aunque es fuerte, busca probar su inocencia no por salvarse ella, sino para convencer a sus hijos de que no cometió el asesinato que se le imputa.
La serie de época Juana Inés, cuyo personaje femenino es lesbiana, es plasmada como un problema y su preferencia sexual no es naturalizada, sino que se ve como algo raro que hay que ocultar. “Cuando la homosexualidad es parte de la identidad y no del problema que se esté narrando es cuando vamos a tener personajes más cercanos a la realidad y tratamientos más justos con la cuestión de género y el tema de la homosexualidad”, describió.