Las puertas entreabiertas
Por Gabriela Vargas.-

La tinta derramada sobre el papel forma figuras en la mente, visualización de las emociones y sensaciones más ocultas, guardadas en el inconsciente. Reencuentro con las fobias o los más exquisitos gustos que extirpan los demonios que nos atormentan.
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Después de varias horas de errar por la ciudad, de perderme en los monumentos, avancé en la oscuridad fresca y sentí un fina lluvia en el rostro; apresuré el paso hacia una pincelada de luz a lo lejos; caminé rápidamente por la calle, de pronto desemboqué en una plaza flanqueada por la elevadísima catedral que perdía sus torres en lo alto de una noche coronada por la bruma. Encontré las puertas entreabiertas, una débil iluminación salía del interior, me acerqué y para defenderme del frío y del alcohol que se me subía, descansé en las últimas hileras de las sillas. Era un lunes frío cuando desperté. Llovía fino.
Del Taller Al Gravitar Rotando