Estirando la quincena
Por Mayeli Mariscal
¿Cómo va rindiendo su quincena?
A tropiezos, como queriendo llegar sin poder terminar o administradita.
Es complejo hablar de que a todos alcance lo que gana para poder vivir holgadamente. Sin embargo, como consumidores cada día hay una cultura de compra inteligente, es decir, realizar compras razonadas y con mayor comparativa de precios.
Las cadenas de autoservicio ya saben que los consumidores “hacen rendir más su dinero” y bajo esta lógica, son ellos quienes ahora despliegan enormes tableros con precios de productos de canasta básica de uno y otro establecimiento, a manera de convencer de tener mejores precios.
Esta mercadotecnia, disfrazada de buena voluntad y preocupación por su cliente, ha revalorado la decisión de compra. Anteriormente, no existía esta cultura en la mayoría pues aunque los precios siempre han estado ahí, los productos también y la oferta en una diversidad de autoservicios y negocios, grandes y pequeños, los consumidores ya no son los mismos.
Ahora, la tecnología ayuda a comparar y elegir productos y servicios, previo a salir a la calle o hacer un pedido. La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) tiene una herramienta denominada “¿Quién es quién en los precios?” si la prueba, me dice qué tal le va, es una buena aliada para comprar bien.
El dinero no asusta
Las matemáticas no han sido las mejores amigas de pequeños, ni de grandes… pero ya están siendo revaloradas y utilizadas cada vez más por grandes y pequeños. Y es que las finanzas personales, al igual que los modales, inician en casa.
Saber administrar “un domingo”, hacer rendir lo que se le da a un menor para gastar en el recreo, o lo que gasta en transporte un adolescente, hace que poco a poco se comience a tener buena relación con el dinero, pues si se tienen ahorros, a la larga, se podrá tener un mayor capital para “invertir” en lo que más se desea.
Parece fácil de escribir, pero si en la práctica y en la vida diaria no le hablamos de dinero a los pequeños, se va creando un estigma sobre éste que engaña de cierta forma pues no queda claro que de dónde viene y a dónde va.
Hay padres de familia que ocultan a los hijos una crisis económica familiar. Hay quiénes les alientan a vender dulces y chucherías en la cochera de casa o entre sus amigos, o a hacer mandados a los vecinos para poder sumar a sus ahorros.
El dinero no asusta, no es el coco del que hay que protegerse. Es un aliado necesario para salir adelante en el sistema económico que vivimos. Nos da comodidad, nos da vestido y comida y nos da diversión… también dolores de cabeza cuando le tememos y no lo entendemos.
Hay que darle su justa dimensión y lugar, ni más ni menos… pero reconciliarse con él, siempre será lo mejor.