- Con chocolate y picones y mariachi Guadalajara festeja a sus habitantes
- Queremos que Guadalajara recupere su esplendor y su esencia, vivir en paz, una ciudad en la que todos nos reconozcamos dijo el alcalde

Por Juana María Ramírez
A sus ojos la ciudad ha crecido y se ha vuelto un verdadero monstruo ha crecido tanto que a veces no la reconoce, pero la ama porque es tapatío, y por ello se unió lleno de entusiasmo a las mañanitas que iniciaron los festejos del 475 años que la ciudad de Guadalajara está celebrando.
Con su vaso de chocolate caliente y un delicioso picón con que la ciudad obsequió a sus habitantes don José escuchó atento los discursos «me gusta ser tapatío» nos dice y agrega con un largo no acompañado de un «pos imagínese lo que no he visto en tantos años».

A él le tocaron los años en los que Guadalajara aun había rosas, no existía ese gusano amarillo que hoy recorre parte de la ciudad y últimamente la tiene bastante caótica con su crecimiento, «pero yo digo que está bien, si nos va a servir» nos dice sonriente mientras pega tremendos mordiscos a su picón, la ciudad está de fiesta y hay que festejarla.
En la plaza Guadalajara se escucha por todos lados la canción de la ciudad, y la gente ordenada, hace fila esperando su turno para recibir su chocolate caliente y su picón, los cuales se entregan tradicionalmente en la fecha de aniversario durante las mañanitas entonadas por un mariachi.
En el acto protocolario el alcalde Enrique Alfaro destacó que este festejo sirve para reflexionar sobre el enorme reto que se tiene para cuando Guadalajara cumpla 500 años, “y ver que Guadalajara queremos dejar a nuestros hijos”, señaló que la ciudad se encuentra en etapa de reconstrucción, “Queremos que Guadalajara recupere su esplendor y su esencia, vivir en paz, una ciudad en la que todos nos reconozcamos”.
“Enfrentamos, por supuesto, los ánimos de quienes esperan que las cosas sigan como están, pero creo que la enorme mayoría de los tapatíos queremos que nuestra ciudad recupere su esplendor, su grandeza, que nuestra ciudad recupere su calidad de vida, que nuestra ciudad recupere su esencia y el orgullo de ser tapatíos, que esta vuelva a ser una ciudad en la que nos reconozcamos como vecinos, paisanos, una ciudad que recupere su solidaridad, su sentido de pertenencia, entre quienes aquí habitamos. Esa es la Guadalajara en la que creemos, esa es la Guadalajara que pensaron, quienes la fundaron, esta es la Guadalajara en la que creyó Fray Antonio Alcalde, esa es la Guadalajara que estamos impulsando con la fuerza de miles de tapatíos”, agregó Alfaro Ramírez.
Por su parte Rubén González Uyeda, Presidente de la Cámara de la Industria Alimenticia de Jalisco, “el picón que no deje de existir así como nuestra ciudad sigue creciendo, evolucionando, modernizándose, pero que no pierda las tradiciones, que no se pierda de dónde venimos, porque si no sabemos de dónde venimos, tampoco sabemos a dónde vamos a ir”.
Los festejos comenzaron con guardias de honor en la Plaza Fundadores, detrás del Teatro Degollado, a doña Beatriz Hernández y a Miguel de Ibarra, primer alcalde de Guadalajara, una ciudad que ya tenía tres residencias anteriores y un escudo de armas desde 1539, pero no tenía un lugar definitivo donde florecer, hasta que según se cuenta doña Beatriz dijo que sería en el valle de Atemajac.
Como Parte de los festejos el ayuntamiento seis mil picones seis mil vasos de chocolate donados por la Cámara de la Industria Alimenticia y el ramo de panaderías.