Norman Manea el poeta que viene de la región de personas y libros

premioJuana María Ramírez.– El poeta que vino “de una región donde vivían personas y libros”, Norman Manea, recibió el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2016 en un evento adorado por quienes aprecian la lectura y que en esta ocasión se encuentra cumpliendo 30 años de haberse establecido en Guadalajara, el escritor asi inició su mensaje parafraseando a Paul Celan, palabras con las que sin lugar debe identificarse el poeta, y como suenan a Joyce o Nabokov, Dante o Víctor Hugo, Thomas Mann o Czeslav Milosz, o por Soljenitzin, Joseph Brodsky o Bashevici Singer.

En una ceremonia se respiró el dolor por los que se ven  obligados a migrar, el racismo creciente, el que de hecho padeció el mismo poeta y narro en su discurso al ser enviado a un campo de exterminio nazi “Fue mi primer exilio, mi primera iniciación en la pesadilla siempre repetida del odio del hombre hacia el hombre. Sobre este largo episodio criminal, el alcalde cristiano de Cernauti, Adriana Popovici, uno de los pocos oficiales rumanos que se opusieron a la deportación, escribió: «Como atravesando los milenios, un trágico destino unió la esclavitud babilónica y el infierno del hambre, la enfermedad y la muerte de Transnistria»”.

Recordó su ingreso en las letras “Mi primer texto fue lo que Roland Barthes llamaría «un discurso amoroso», destinado a una compañera de clase, de coletas rubias y ojos azules, que me seguía en el catálogo: Manea Norman, Norman Bronya. El poema fue leído una espléndida tarde de otoño, en el bosquecillo de hayas en las afueras de la ciudad, delante de la musa indiferente y de un grupo de púberes admiradores”.

Así el hombre que venía  de donde vivían personas y libros reordó los momentos amargos de su historia   “El destino me legitimó al fin y al cabo como escritor de la actualidad, entendida como exilio planetario, que viví por etapas en el exilio fascista de mi infancia, después en el exilio interior de la dictadura comunista y al final en el exilio global del libre mercado, con la doctrina mercantil de compraventa de cualquier cosa, en cualquier lado y en cualquier momento. En mi escritura se aliaron la experiencia biográfica de la exclusión y la opresión con la alegría libresca de la literatura, sobre todo la literatura de Europa Central y Europa del Este, como testimonio espiritual de primer rango de la vulnerabilidad, la melancolía y las ambigüedades de la existencia. Mi página tiene la cicatriz de los traumas pero también la firmeza de la resistencia a ellos”, señaló el homenajeado.

“Mis libros tratan, espero, el enfrentamiento entre la individualidad y la agresión de la Historia, la fe en la belleza, el bien y la verdad de la creación, la estimulante simbiosis entre Atenas y Jerusalén en el pensamiento europeo, la herencia activa de la literatura centroeuropea en la construcción de la modernidad. Son premisas importantes para mi biografía y mi bibliografía. México, aunque geográficamente lejano del enclave de mi evolución, es un vecino espiritual cercano a mi corazón. El hecho de que su país dedique inteligencia y tesón a los ideales humanistas en la perpetuación de la cultura es un hondo motivo de admiración”, dijo.

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