Efecto Ezpiral.-
Durante su primer año en el Ayuntamiento de Guadalajara, el regidor morenista José María “Chema” Martínez se propuso una ruta clara: escuchar a las y los habitantes de los barrios para transformar sus necesidades en propuestas concretas dentro del Cabildo.

Su presencia constante en territorio —con recorridos por más de un centenar de colonias como La Perla, Lomas del Paraíso, Belisario Domínguez, San Andrés, La Guadalupana, El Sauz, Electricistas, La Loma, Hormiguero, Circunvalación Belisario y El Mirador— permitió que las demandas ciudadanas fueran el punto de partida de su agenda.
A partir de estos encuentros vecinales, Chema impulsó iniciativas con un enfoque social directo:
Agua para los barrios olvidados
Durante sus visitas a colonias del sur y oriente de la ciudad, constató que muchas familias pasaban días sin acceso al agua. Tras escuchar testimonios sobre afectaciones en la salud y la higiene del hogar, promovió que se garantizaran pipas gratuitas para atender la crisis hídrica.
Bienestar emocional para jóvenes
El contacto con estudiantes, familias y docentes reveló una creciente preocupación por el bienestar emocional de las juventudes. Con base en ese diagnóstico comunitario, presentó una iniciativa para crear un Programa Permanente de Bienestar Emocional que atienda de manera preventiva a jóvenes de 10 a 25 años.
Servicios públicos y espacio urbano

Los reportes vecinales sobre luminarias inservibles, baches, parques abandonados y deterioro del entorno motivaron propuestas para:
• Elaborar un inventario actualizado de infraestructura municipal con fallas.
• Revisar el funcionamiento de patrullas y módulos de atención ciudadana.
• Impulsar mejoras en espacios culturales y zonas con alto desgaste urbano.
Otras solicitudes ciudadanas impulsaron también iniciativas para ordenar accesos de emergencia en tianguis, transparentar operativos y revisar la representación de Guadalajara en organismos como el SIAPA.
Más allá del trabajo en Cabildo, su modelo de atención ha sido continuo: acompañamiento en trámites, gestiones de servicios públicos, apoyo en acceso a salud, regularización de predios y seguimiento puntual a casos específicos planteados por las y los vecinos.
A días de presentar su primer informe, la línea de trabajo es evidente: cercanía permanente, pasos firmes en territorio y soluciones nacidas del contacto con la gente.
Este primer año —definido por escuchar, gestionar y volver a los barrios— marca la ruta que Chema Martínez asegura no cambiará: trabajar desde donde están los problemas y donde también nacen las soluciones.