La soledad que se siente, pero no se ve en la Tercera Edad
Por Víctor Manuel López, Sociólogo.

¿Cómo se vive la soledad cuando llegas a la tercera edad?
Una pregunta que también me concierne y de entrada te aclaro que no nos ha sido fácil llegar a esta etapa de nuestras vidas, contarte todas las batallas ganadas a lo largo de los años resultaría muy largo, aunque también te puedo platicar de las muchas derrotas que hemos sufrido, sin embargo, aquí estamos y seguimos en pie, luchando, buscando y afrontando nuevas batallas, para que en el momento exacto del final de nuestras vidas poder decir orgullosamente, he ganado la guerra, ya es hora de partir.
La soledad se siente, pero no se ve.
¿A qué edad la sociedad actual simplemente trata de hacernos a un lado por ser viejos, a los 50, a los 60 años? Sin saber que según datos del INEGI para el 2040 se estima que habrá 28 millones de gente de la tercera edad en México y muchos de estos futuros adultos mayores sentirán este mismo desplazamiento.
Desde hoy les digo que ser adulto mayor es algo hermoso si tienes la dicha de ver el desarrollo genético tus descendientes, tus hijos, tus nietos, pero también está la otra cara de la moneda, cuando arrastras cada día la tristeza de estar solo, la soledad que te rodea al entrar a tu casa que no hogar y no tener a nadie con quién platicar de las simplezas de día. A muchos adultos mayores se les adelanto su pareja, tal vez el amor de su vida, la reflexión y abandono se vuelve más crudo.

Vendrá el tiempo cuando aún sean autosuficientes y se reúnan con sus viejos camaradas, todos ya en la tercera edad, cuando a la hora de la fotografía del recuerdo les empezarán a faltar integrantes, la suma negativa de uno menos y saber que estamos y estarán en la fila.
Muchas veces cuando te preguntan en los encuentros casuales, ¿cómo estás? la respuesta que todo mundo espera es “estoy muy bien”, no pretenden escuchar nada más, no les interesa sobre nuestros verdaderos problemas, sobre la constante soledad que están viviendo, mucho menos quieren saber sobre las enfermedades que nos aquejan, sobre las ganas terribles de sentarnos a tomar un café para platicar de nada en especial, sabemos que prefieren el “muy bien” para volvernos a rebotar a nuestro silencio a nuestra soledad.
Según la encuesta nacional de ocupación y empleo nueva edición (ENOEN) del segundo trimestre de 2023, se estima que 17 millones 958 mil 707, las personas de 60 años representan el 14 por ciento de la población de país.
Temores silenciosos
Se puede considerar que uno de los mayores temores de las personas de la tercera edad, es terminar postrado en una cama solo con su propia soledad, esperar solo durante los momentos de dolor, vaya no tener ni siquiera quién les acerque un vaso de agua o quien les garantice que tendrán una sepultura digna.
En la encuesta nacional sobre salud y envejecimiento en México (ENASEM), en 2023 las enfermedades que más afectaron a la población de 53 años para arriba fueron:
Hipertensión Arterial 43.3%
Diabetes 25.6%
Artritis 10.7%
Depresión 10.7%
La población que enfermó de COVID-19 aumentó a 26.9%
Así que llegar a la tercera edad no es fácil, poco a poco va resultando más complicado vivirla. La sociedad se va transformando cada vez más rápido y esto empieza a complicar nuestro desenvolvimiento en ella, es cada vez más latente el riesgo de salud y limitaciones físicas, día tras días nuestros movimientos van siendo más lentos, también merma nuestra salud, somos vulnerables a enfermedades crónicas y dentro de nuestra mente se expande poco a poco la desesperación, la depresión y la demencia.
Familia
En México una de las costumbres que se tenía en las familias era cuidar y respetar a nuestros ancianos, desde el seno familiar se enseñaba a los hijos que los abuelos representaban un verdadero un orgullo, escuchar su sabiduría, sus andanzas, sus aventuras, sus chistes y ocurrencias, todo esto representaba una bendición al tenerlos en casa, cuidar de ellos era una forma de agradecerles por la formación familiar que nos dieron y un claro reconocimiento a cada uno de sus sacrificios y privaciones para forjar a la familia.
Estas formas de respeto, cariño y agradecimiento hacia nuestros adultos mayores hoy en día se han ido perdiendo, sino es que ya están casi desaparecidas. Recuperemos esas costumbres familiares, volvamos a enseñar a nuestros niños el amor, el respeto para con la gente de la tercera edad sean o no nuestros parientes, dejemos que sientan nuestros niños el amor y ternura junto con miles de historias de vivencias que nos narran los abuelos, que se transforman en las mentes de los niños como un cuento hermoso y que quedarán en nuestras vidas.
Datos extraídos de estadísticas del comunicado de prensa INEGI, Num., 394/23, página 1/33 del 6 de julio de 2023.
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