El árbol de Papá Oso, un abrazo al corazón de niños y adultos que pasan por un duelo

  • Un libro realmente conmovedor que aborda el duelo, con gran sensibilidad y presentado en dos idiomas

Juana María Ramírez.-

Hay temas que resultan difíciles de tratar con los más pequeños de la casa, encontrar el lenguaje adecuado para el consuelo y comprensión sobre la muerte de un ser querido, pero Martha Elena Romero, autora de diversos cuentos infantiles, nos trae El árbol de Papá Oso, una historia sobre el duelo para el corazón de niños y adultos, una verdadera caricia para el alma.

El árbol de papá oso, es sobre el duelo, es la historia de Aurora que es una osita que tiene una relación muy cercana con su papá y es un es un oso muy divertido, parlanchín y amoroso, que ama la vida y ama a su hija por sobre todo. Un día de manera inesperada papá oso muere y a partir de este momento para Aurora y para su familia empieza un proceso de búsqueda de respuestas, de búsqueda de consuelo, pero también de honrar la vida de papá, alguien tiene una idea, que es sembrar un árbol en su memoria y a partir de este momento el árbol se convierte en un lugar de reunión, de gratitud hacia la vida en general y hacia la existencia de Papá Oso y bueno, pues con el tiempo, con el amor, con mucha paciencia Aurora finalmente entiende que aunque no tenga su papá físicamente va siempre a haber maneras en las que puedas sentir su presencia.

Tuvimos la oportunidad de platicar con la autora Martha Elena Romero, durante la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde se presentó este libro tan especial para ella y sin duda alguna para quien lo lea, ya que toca fibras especiales en sus lectores y sobre todo en ella, por las circunstancias en las que fue escrito.

”Papá oso nace de una experiencia personal tras la muerte de mi hermano, él tenía una hija de 7 años en ese momento y justo yo quería encontrar libros infantiles sobre el duelo que pudieran ayudarle en ese proceso, y vi que había una necesidad para eso, existen, sí, hay pero no había uno que me convenciera del todo, además estábamos en pandemia y vi la gran necesidad que había de un material así en nuestro idioma, entonces fue como decidí escribir esta historia, en donde comparto nuestra historia personal como familia, de cosas que nosotros hicimos”, cuenta.

Cabe señalar que no es un cuento escrito a la ligera, ya que le llevó su tiempo de investigación y preparación para poder culminarlo, “el duelo es un tema muy complejo, muy subjetivo y que hay que tratar con él con la delicadeza que merece, entonces yo tuve que, para escribir este cuento, investigar mucho, prepararme sobre tanatología, sobre terapia en general, terapia de niños, no sabes la cantidad de personas que revisaron el material, duramos dos años en tenerlo listo, también en ese inter pues se iba ilustrando y tuve la oportunidad de poder reeditar y reescribir, porque yo quería que fuera algo muy neutral, también que no incluyera temas religiosos, por ejemplo, pero que también fuera una historia con la que cualquier persona que está trabajando con un duelo, y no necesariamente muerte, porque hay muchos tipos de duelo pero incluida la muerte desde luego, pudiera conectarse con esta historia”.

Martha Elena Romero, de origen guanajuatense, viene de una familia bilingüe, por lo que no fue raro optar porque la edición de este libro también fuera en inglés y español, lo que da la oportunidad de que un público más amplio tenga acceso a él.

Escribir para niños

Hablarles a los niños no es siempre una tarea fácil, pero María Elena ya lo ha demostrado con sus anteriores libros como son Manisa y las Alas Mágicas, Luisol y las pesadillas, y Lilo y la propina del día. “Pues sí, porque tienes que buscar un lenguaje que sea asertivo, que sea adecuado a su edad, pero tampoco minimizar la capacidad que ellos tienen exactamente, porque estás hablando con seres inteligentes que también están ampliando su vocabulario y todo y ese fue el reto,  además como un guiño hacia mi hermano, digamos era un homenaje hacia él y  él era músico entonces yo también tenía el objetivo de incluir letras de sus canciones dentro del texto, pero que de manera tal que fueran parte de la historia y no como un parche, por qué porque repito, era un guiño un homenaje a mi hermano, pero también quería que unas personas que no lo conocieran, también lo vieran como parte del texto y pudieran identificarse con la historia”.

Si se quiere encasillar la edad, puede decirse que es un libro para niños entre 3 a 10 años, “pero en particular este cuento de papá oso te puedo decir que ha sido muy utilizado por adultos, incluso terapeutas, tanatólogos los están usando y pasa con toda la literatura y este en particular también, porque a lo mejor el niño no está atravesando por un duelo, pero el adulto con el que lo está leyendo sí, o le recuerda a alguien que perdió, sabes, entonces también ahí se convierte en un puente, en una comunión, el niño y el adulto, una complicidad, no sé, es un tema muy interesante2, Reflexiona.

De la ilustradora, maravillosa, por cierto, nos señala que se llama Isabel Reyes, “es una amiga mía muy querida, es una ilustradora distinta a quien había ilustrado los otros anteriores que es María Perujo Lavín, quien es extraordinaria, pero en el caso particular de Papá Oso yo quería que fuera una ilustradora que me conociera y que hubiera conocido a mi hermano, por lo personal que es y a diferencia de mis cuentos anteriores donde los personajes son humanos aquí los personajes son animales, se desarrolla en un bosque porque así me lo sugirieron los terapeutas, sí para efectos de tratar el tema sobre el duelo, entonces yo quería tener mucha digamos, mano dentro de las ilustraciones, en el proceso, porque los personajes se asemejan a algunos personajes de mi familia, hay como simbolismos que aparecen como el color de los ojos, del cabello, de la ropa, etc., entonces, por eso Isabel Reyes quien es una es animadora y es una mujer talentosísima,  y fue su primer libro infantil, pero ya lleva más gracias, entonces este es un libro demasiado satisfactorio”.

Para María Elena Romero, El árbol de Papá Oso es muy cercano para ella “también debo decir que es el libro que yo daría cualquier cosa por no haber tenido una razón para escribir, pero que en ese camino de resignación, de encontrar respuestas, ha sido para mí algo que me ha ayudado muchísimo, es un homenaje a mi hermano y que también como que refleja mucho la personalidad de él que era una persona que le gustaba mucho ayudar, era muy entregado y digo mira que de algo tan doloroso tan fuerte podamos tocar amorosamente las vidas de otras personas”, concluye.

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