Nakma Art, un colectivo que propone el Hanal Pixán para honrar a los muertos con arte 

Shiroitsuki abrió sus puertas para sumarse a esta conmemoración y tradición muy mexicana con muchas similitudes con Japón

Por Mario Díaz (El Master).- 

Mon Azazzel, artista del bodypaint y una entusiasta promotora de las tradiciones mexicanas, decidió compartir lo que desde pequeña ha sido para ella un compromiso para honrar a sus seres queridos que se adelantaron, tomó el compromiso junto con e colectivo que dirige Nakma Art para realizar la primera exposición Hanal Pixán en Guadalajara. 

Si bien, el Hanal Pixán o Comida de las Ánimas, es una tradición del pueblo maya, para honrar y recordar tanto a los parientes como a las amistades que dejaron este plano existencial, Mon Azazzel, transformó esta tradición en la primera exposición multidiscipliaria de arte tanto en la piel, pictórico, escultura, con dos centros simultáneos el primero de manera presencia desde las instalaciones de restaurant Shiroitsuki (Luna Blanca) y el segundo de manera virtual. 

Porqué un restaurante dedicado a la cultura Geek, esto es propuestas dedicadas al anime y manga que en Guadalajara cuenta con cientos de seguidores, porque parte de esta exposición y muestras artísticas también se realizaron en Japón vía internet con el grupo de jóvenes Día de Muertos en Japón quienes se están encargando de demostrar en sus redes sociales cuáles son las tradiciones que se realizan en México con esta festividad. 

En Japón se llama Obon un festival que se realiza a mediados de agosto en honor a los difuntos, también se tiene la creencia de que sus espíritus vuelven para visitar a quienes dejaron en este plano. Se visita sus tumbas y se realizan como en México, ofrendas de comida también en sus altares y templos. 

“Nuestro Hanal Pixán lo realizamos para honrar a los muertos, recordarlos y hacerles ver que aún siguen entre nosotros y que nunca debemos de olvidarlos ni dejar de agradecerles sus enseñanzas, su cariño y cada uno de los momentos que nos brindaron, hacerles sentir que siguen presentes en nosotros”, refiere Mon Azazzel. 

Los están viendo también en Japón. 

“Sí, gracias a la conectividad con estos chicos de Japón que están mostrando de aquel lado del mundo lo que hacemos aquí en México, muchas similitudes y con un mismo sentido honrar a quienes se nos adelantaron en este viaje eterno, aunque ellos lo festejan a mediados de agosto, y es donde nace esta fusión con el restaurant japonés Shiroitsuki a quienes les agradecemos por ser parte de este intercambio cultural y artístico, por brindarnos su espacio. ¿Sabías que este fue el primer café o restaurant con esta temática japonesa en Guadalajara?». 

La muestra que se presentó en Shiroitsuki, Luna Blanca, ubicado en Reforma 680 y casi esquina con Federalismo, consistió en pinturas, fotografías, algunas esculturas, pero sobre todo en el arte del bodypaint, en donde participaron de manera presencial 10 artistas y de manera virtual 30 de varias partes de México como Ciudad de México, Yucatán, Puebla, Guadalajara, dos invitados especiales de Argentina, por mencionar solo algunos. 

Santuario geek 

Nahomi, propietaria del Shiroitsuky, recordó que en el 2009 cuando este concepto se transformó de solo una idea a una realidad, no existía nada parecido en Guadalajara, era un espacio que los jóvenes demandaban para intercambiar películas, video juegos, comics, incluso para ir con sus mejores caracterizaciones de cosplay. 

“Shiroitsuky significa luna Blanca en japonés, y nacimos siendo un lugar de comida japonesa, donde también hacíamos convenciones y reuniones de este tipo, como puedes ver nuestro restaurant tiene una atracción principal que son los uniformes de nuestras meseras, también junto con las bebidas nos refieren a temáticas de series, películas de la cultura geek”, explica Nahomi. 

Y agrega, “la idea era darle un lugar a todas las personas que les gustaba y les gusta el anime, se fundó en el 2009 y en aquél entonces no existía nada parecido a este lugar en Guadalajara, así que fue un santuario para que todos los que quisieran venir disfrazados de sus personajes favoritos o vestirse de acuerdo a estos gustos lo pudieran hacer y poder divertirse, intercambiar experiencias, fue más como una casa club en donde se les hace sentir muy bien”. 

Gala y recorrido 

Luego de una serie de relatos y leyendas relacionadas a esta festividad, vino luego uno de los eventos más esperados, la Gala de Catrinas donde el trabajo de decenas de artistas independientes dejó ver su creatividad en la creación de estas hermosas catrinas. 

Cuando el sol se ocultó para pintar con su ausencia la oscuridad ideal para que deambularan sin miedo alguno un ejército de criaturas noctámbulas muy bailarinas llegaron la plazoleta a un costado del Santuario, se trataba de parte del Ballet Folclórico Pakiliyztli (Felicidad, Alegría, Gusto), el colectivo Mamás Nunutzy (que todas las infancias florezcan) y C-Integra que partieron a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. 

Con una muestra de bailables de la república mexicana cerraron esta exposición multidisciplinaria prometiendo que el próximo año resucitarán con más fuerza y cariño. 

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