Loros de ciudad, un pendiente para evitar su extinción

Juana María Ramírez.-

Antes de que aparezcan los primeros rayos del sol, la vida se despierta en la ciudad, en las casas y en los árboles, pero hay un murmullo en particular que llama la atención de quienes viven en ciertas zonas arboladas de Guadalajara y Zapopan: el alegre despertar de los loros que recorren la zona metropolitana de Guadalajara en busca de alimento, o por las tardes, una rama resistente para pasar la noche.

Loro1Pese a ello y de la familiaridad que ya existe entre los habitantes de Providencia y Chapalita donde se localizan los principales dormideros, en los últimos años también se ha notado una merma en su población, por lo que a decir de los expertos se requieren de apoyos necesarios para cuidarlos e impedir que su población se vea mermada.

Para los habitantes de las zonas cercanas al Bosque de Colomos, principalmente de Providencia, es común escuchar temprano la alegre algarabía de los pericos que emprenden en parvada el vuelo por diferentes zonas, “la primera vez que los escuché, me asusté mucho, me parecía como si una gran cantidad de personas hablaran al mismo tiempo, lo seguí escuchando por varios día hasta que pregunté, se rieron de mi por el miedo que me daba escuchar aquello que no sabía de dónde venía, pues apenas clareaba el día, después me contaron que era algo normal y solo eran loros”, recuerda Melisa, cuando llegó a vivir a Guadalajara a la Colonia Providencia.

La misma situación sucede en Chapalita, donde se escuchan y hay mayor probabilidad de alcanzar a ver en los árboles esta especie de Loro que se vio en la necesidad de adaptarse a compartir su espacio con los humanos, donde tampoco causan ningún problema a sus habitantes, despertando simpatía en muchos de ellos.

Características

loro3Se trata del loro Montañés, también conocido como perico colorado y los expertos lo llaman loro corona lila (Amazona finschi) especie endémica de Jalisco, y aunque algunos señalan que fueron “liberados” en Chapalita, la verdad es que ese siempre ha sido su territorio y  se encuentra distribuido en gran parte de la región Noroeste de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

De ojos amarillos, pico amarillo ocre claro, posee un anillo orbital ancho gris claro, frente roja, corona y borde de auriculares azul-lila, de cuerpo verde y alas verdes estas últimas con punta de primarias y secundarias azul, al observarse al vuelo pueden apreciarse plumas secundarias centrales con base roja, su alimentación se basa en una gran variedad de semillas y actualmente, de acuerdo con la normatividad mexicana, se encuentra bajo la categoría de peligro de extinción.

Ellos no “fabrican” sus nidos, sino que buscan oquedades en los árboles para ahí poder anidar, de ahí que busquen los árboles más altos para protegerlos de sus depredadores, que en la ciudad, lo únicos que los dañan son los humanos.

Tristeza de muerte

Cuentan con diferentes dormideros, ubicados principalmente en las colonias Chapalita y Providencia, y al amanecer se reúnen en grandes parvadas para buscar alimento, pueden observarse en dichas colonias, pero también hay algunas incluso en la zona del centro, si se tiene suerte pueden avistarse algunas de ellas.

Son aves muy longevas que pueden llegar a vivir más 60 años, son monógamas, es decir, eligen una pareja para toda la vida, Víctor Busteros, quien encabeza la Fundación Ornitológica Txori (FOT) que tiene siete años observando y dando seguimiento a estas aves canoras, señala que estudios recientes las ubican entre los animales más inteligentes del planeta, lo cual los hace susceptibles a cuestiones emocionales, lo cual es muy triste cuando los atrapan y los separan, ya que llegan a morir de tristeza al perder de esa forma a su pareja”, explica.

En la ciudad

loro4Pese a la gran adaptabilidad que han demostrado estas aves, sus parvadas, si bien, al menos en los últimos siete años no han disminuido, tampoco se han incrementado, lo cual es grave si se recuerda que es un ave que se encuentra catalogada como en peligro de extinción“, se siguen observando en los árboles, pero el vuelo ya no es tan constante como antes incluso la cantidad de individuos que conforman una parvada a disminuido drásticamente”, señaló Gabriel Camarena, aficionado a dar seguimiento a las aves de la zona.

Víctor Busteros de Fundación Ornitológica Txori (FOT), señala que se ha logrado a observa una parvada de alrededor de 160 individuos, cifra que no ha variado en todo este tiempo, aunque señala que si bien no tiene pruebas cuentan con testimoniales de depredación de los nidos, como sucedió en el Parque Morelos, donde la gente llegaba a saquearlos para robar los polluelos, “practica nociva por parte de mucha gente que piensa que es bueno tenernos dentro de una jaula inútil en lugar de dejarlos en libertad”.

Otra afectación grande se dio cuando derribaron decenas de árboles para construir el complejo inmobiliario mal llamado Central Park (el parque central de Nueva York es todo lo contrario), con la deforestación que ahí se hizo se acabó con uno de los principales dormideros de estos loros, quienes se vieron en la necesidad de buscar refugio en otros lados, donde por cierto corren riesgo de ser atrapados por la inconciencia de las personas.

Cielo compartido

Aunque parezca increíble, este loro comparte el espacio con otras variedades de canoras, sobre todo en la zona de la barranca con otras cuatro variedades de aves como la guacamaya verde, el loro de frente naranja y el periquito Catarina  que son endémicas del estado, y dos más que han sido introducidas como el perico de cabeza amarilla y el perico monje o argentino, el problema con esta última ave exótica, es portador de enfermedades que pueden ser mortales para nuestros loros, señala Busteros.

Protección

El loro montañés o loro corona lila (Amazona finschi), se encuentra en la lista de 22 especies de México bajo alguna categoría de riesgo, aunque este se encuentra entre las más altas que es el de peligro de extinción, de ahí la necesidad de cuidarlos y no solo tratar de preservarlos, si impulsar su crecimiento para alejarlos de dicho riesgo, una buena forma de hacerlo, señala Busteros, es investigándolos y determinar sus zonas de anidación a efecto de proteger dichas zonas y evitar que sean depredados.

Otra más sería dejar de derribar árboles, “la gente tiene que saber la necesidad de protegerlos, pues son de las cosas que realmente son valiosas del país. Muy poca gente sabe que el arbolado de la ciudad de Guadalajara alberga especies en peligro de extinción. Hay que saber que ese árbol que tira hojas y que nos molesta porque hay que estar barriendo, alberga vida de seres que necesita que los cuidemos, somos sus vecinos y tenemos que hacerlo”.

 

 

2 comentarios

  1. Hola Juana María; me gusto mucho tu nota. Es importante que la sociedad conozca la historia de los loros para que se interese en su conservación. Te felicito y agradezco tu interés. Aprovecho para comentarte que los loros no son aves canoras, porque no tienen un canto melodioso. Lo correcto es llamarlas aves psitácidas. Te envío un saludo

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  2. Esta especie, ya es también vista en zonas como Arboledas, La Calma y en las arboladas del CODE Jalisco que por las mañanas se trasladan a la barranca para buscar, ciruelos, mangos, etc. y regresan por la tarde

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