
-Fumar es patético.
-Llevamos veinte años juntos y siempre jodes con lo mismo.
-Me caga que fumes después de coger.
-Pero coger te encanta, ¿no? Deberías saber que todo tiene un precio.
-Olvídalo, no tiene caso. Un día perderé la erección gracias a ti, y entonces no estarás tan contenta de haberme envenenado.
-Eso será por viejo, no achaques a mi vicio tu falta de hombría.
-Ah, ¿ahora no soy lo suficientemente hombre para ti?
-No te pongas hormonal, sí lo eres, aunque esos comentarios me hacen dudar.
– ¡Ash! No veo la relación ni le encuentro la gracia.
– No lo sé, tal vez a ambos nos gustan los pitillos, después de todo.
– ¿Estás insinuando algo?
– Solo digo que te aguantes, no dejaré el cigarro.
– Pues yo seguiré…
– ¿Cogiéndome? ¡Ja!, la impotencia que te causará mi cigarro está cerca.
– Qué dura eres conmigo.
– Ojalá tú fueras así, duro conmigo.
– ¡Para!
– ¿Ahora haces magia?
– Te lo digo a ti, me voy a dormir.
– No aguantas nada, eres infumable.
Diego Méndez
Del Taller Al Gravitar Rotando