Mientras las cifras nacionales presumen estabilidad, las PyMEs y los trabajadores sienten un panorama cada vez más retador.
Juana María Ramírez.-
De cara al cierre de 2025 y las proyecciones económicas para 2026, México avanza en terreno incierto. Así lo advierte el especialista en economía y finanzas, Javier Zepeda Orozco, quien observa un escenario contradictorio: estabilidad macroeconómica en el papel, y enfriamiento visible en la vida cotidiana.
El economista es claro: el país aún no repone el crecimiento perdido durante la pandemia. «Todavía nos debemos unos tres o cuatro años de crecimiento desde lo que se dejó de avanzar por el COVID-19», afirma.
Aunque el Gobierno federal proyecta que el Producto Interno Bruto (PIB) podría crecer entre 1.8% y 2.8% en 2026, Zepeda se mantiene cauteloso y anticipa un avance más limitado, cercano al 1.2% o 1.3% si las actuales condiciones se prolongan.
Luces en la macroeconomía

Hay factores que mantienen al sistema financiero con buena percepción internacional:
Inflación contenida: alrededor del 3.6% actualmente, con expectativas de estabilizarse cerca del 3% en 2026.
Tasas de interés a la baja: después de superar el 10.75%, hoy rondan el 7.75%. Para 2026 podrían ubicarse entre 6.60% y 7.15%, generando condiciones favorables para financiar proyectos e inversiones.
Inversión Extranjera Directa récord: más de 40 mil millones de dólares ingresaron al país, reflejo de una estrategia de atracción que funciona.
Sin embargo, Zepeda hace una pausa ante la celebración. La calidad de la IED se ha deteriorado: en 2024, el 80% correspondió a reinversión de utilidades; este año, ni siquiera llega al 70%.
«Los que ya están aquí están dudosos de reinvertir sus capitales en nuestro país», subraya. Y explica que esta señal debe ser tomada con seriedad, pues refleja falta de confianza y un entorno jurídico poco claro para los negocios.
Deuda creciente y presión fiscal
La deuda pública se acerca al límite prudente, superando ya el 50% del PIB. El especialista advierte que una proporción considerable de los ingresos públicos se destina a programas sociales, dejando menos margen para infraestructura y crecimiento económico.
El Paquete Económico 2026, considerado uno de los más ambiciosos con ingresos estimados por arriba de 10 billones de pesos, incluye nuevos mecanismos de fiscalización. No se trata de una reforma integral, pero sí de ajustes que han generado incertidumbre en el sector productivo.
El SAT fortalecerá sus revisiones electrónicas con tres enfoques clave:
Uso riguroso del CFDI y deducibilidad limitada
Materialidad comprobada ante notario para evidencias de operaciones
Validación de retenciones en marketplaces como Amazon y Mercado Libre
PyMEs: el eslabón más presionado
La mayor parte de la fuerza laboral se encuentra en la informalidad —más del 54%— y quienes deciden operar dentro de la ley enfrentan costos crecientes. Las PyMEs, denuncia Zepeda, se sienten «asfixiadas y ahorcadas» entre trámites y obligaciones fiscales.
Pero no todo es adverso: las tasas más bajas abren puertas para el financiamiento productivo. El economista invita a las empresas con proyectos sólidos a perder el miedo a endeudarse:
«La PyME que no se endeuda es una PyME que no va a crecer.» En un entorno en el que el consumo se desacelera y la competencia se intensifica, apostar por inversión estratégica podría marcar la diferencia entre sobrevivir o desaparecer