Regreso al Pueblo de los Suspiros, un viaje a la bruma somnolienta y fantástica una escritora que divaga entre cuentos o una novela, Grace P. Bedoya, te lleva a este lugar y deja que tu decidas lo que es
Por Mario Díaz (El Master).-
De pronto despiertas, no estas en tu habitación vaya ni siquiera estás en tu ciudad, nunca has estado en este lugar, pero lo vas reconociendo poco a poco, es un paisaje que describiste en uno de tus libros, tu escribiste el puente que te separa de ese pequeño pueblo que alcanzas a percibir y es tal cual lo recuerdas.
Regreso al pueblo de los Suspiros (Literal Publishing) es la más reciente producción literaria de Grace P. Bedoya, quien te toma de la mano y te lleva a recorrer este lugar junto con Ofelia su personaje principal, será tu guía en este encuentro y baraja de relatos creados al filo de la madrugada.

¿Es una novela cuenteada, unos cuentos novelados, qué es El regreso al pueblo de los Suspiros?
“El libro será lo que quiera el lector, me dijo uno de mis maestros, que este era un libro inclasificable, por ahí va la cosa. Lo llamamos novela porque precisamente me debatía si era un libro de cuentos o se trataba de una novela, y finalmente nos pareció que tenía menos de libro de cuentos que de novela, así que no es a lo que se parecía más, sino que fue alejarme a lo que se parecía menos”.
Ríe al saber que suena extraña esta postura, se recompone un poco sin dejar que su sonrisa se borre de su rostro y continúa.
“Lo que si te puedo decir es que es una narración fragmentada, es como un rompecabezas en el que vas armando varias piezas y en donde la mayor parte pudieran ser cuentos que van encajando solo para mostrarnos una historia cuando tomamos distancia, si lo vemos muy de cerca solo veremos las pequeñas piezas de este rompecabezas, no la figura completa”, detalla con ese melodioso acento venezonalo que la delata innegablemente de este país.
“Tenemos que salirnos un poco, así lo siento, para ver qué es lo que se está contando ahí, yo misma me lo pregunté y finalmente entendí que era más novela que libro de cuentos. (al recordar esta situación le vuelve a provocar un nuevo ataque de risa y agrega), me estuve preguntando en serio, pero qué es lo que estoy cotando ahí, cuál es la historia detrás de todas estas pequeñas historias amalgamadas, fragmentadas algunas de ellas sin aparente final, no que tuvieran este final abierto sino simplemente sin final, era como una mesa de dos patas y al tomar distancia entendí que era una novela”.
Con una narrativa íntima, a ratos audaz, y desprovista de subterfugios, “Regreso al pueblo de los suspiros” Grace P. Bedoya nos lleva de la mano en una travesía que abarca tres diferentes planos: el de la vida real, el mundo onírico y la ficción.

A la pregunta ¿Entonces de qué trata tu libro?, responde emotivamente.
“Una manera de explicarlo es, una mujer despierta una mañana en medio del campo. No recuerda cómo llegó allí. De pronto tiene la certeza de hallarse dentro de uno de los cuentos que ha escrito. El pánico la asalta, así como la duda. ¿Ha enloquecido? ¿Está muerta? ¿O es tan solo un sueño?”.
En el paso de las páginas te va presentando a sus propios personajes que se desarrollaron en este pueblo y ya no son los mismos que dejó en su escritura, a veces tiene diálogos con ellos, otras veces solo descubres algunas facetas que ignoraba la escritora de sus propios personajes.
“La historia central para mí, cada lector debe de encontrar su respuesta para esto, pero yo pienso que una de las respuestas de los ecos que se pueden escuchar ahí, es que el arte nos salva y en este caso la ficción. Cuando leemos libros de ficción viajamos a otros mundos y nos enfrentamos a la otredad, a las vidas, mundos ajenos que en algunos casos nos pueden resultar parecidos, conocidos o familiares y en otros nada y todo distinto a uno mismo, ahí está la riqueza de la imaginación y este juego”.
¿Es un libro que escribiste entre el velo de la noche y las primeras luces de los días, es así?
«Definitivamente este libro fue escrito en su mayoría en las madrugadas, esta atmósfera de esas horas, minutos que a mí es absolutamente mágica porque permea a través de estas historias y se filtran a contraluz a través del libro. Creo que son horas para alcanzar un estado enriquecedor, mucha gente aprovecha este lapso para meditar esto nos mejora el día antes de que empiece”.
“Amo las madrugadas, me levanto todos los días a las cuatro de la madrugada, creo que en esa hora estamos en un estado de transición entre la vigilia y el sueño, hay una cosa como etérea, fugaz, antes de despertarnos estamos como un poco flotando sobre el piso, me encanta este sentimiento esa sensación”.


Pareciera que esto lo llevaste hasta tu relato, van entrando y saliendo tus personajes o mejor dicho los personajes de tu personaje principal Ofelia, de una manera muy fugaz.
“Si, creo que estos momentos se alcanzaron a colar en este libro, fue escrito sin ningún tipo de planificación, de manera casi automática y honestamente cuando leía las historias a la luz del día me decía de dónde había salido esto, y ya sabes las amigas, solo atinaban a decirme qué te estabas fumando cuando escribiste esto (nuevo ataque de risa). Me asombra todavía en estas relecturas que hago, honestamente me ha asombrado el nivel de fantasía que tiene, no escribo así, pero me encanta. Me tomó por sorpresa y tiene mucho que ver con escribir en estas madrugadas, me encató hacerlo así”.
Tu personaje es una escritora que se enfrenta a la fatídica página en blanco. Según has comentado tú también pasabas por una situación similar, así que, ¿Qué tanto hay de ti en tu personaje principal o qué tanto se quedó de ella en ti?.
“Si hay una conexión entre el personaje escritora de mi novela y yo, hay puntos muy claros como el que las dos atravesamos el llamado bloqueo del escritor, que salí de esta situación sentarme en las madrugadas y empezar a escribir lo que iba saliendo, al escribir así ella también sale de su bloqueo a través de la inmersión del mundo de la ficción que ella ha escrito, se convierte en un personaje de ficción de su propia historia, pero sin darse cuenta”.
“Este bloqueo nos une, también que somos escritoras de varias historias escritas aquí, pero ella tiene una vida y yo otra. Ella es su propio personaje muy particular y no soy otro personaje muy distinto. Siempre me he preguntado si realmente estamos viviendo en una realidad o en realidad somos la fantasía de alguien más”.
“Así que te puedo decir que somos personajes de ficción, por ejemplo, la persona que ves frente a ti y yo la persona que veo frente a mí, no eres tú no soy yo, te explico, eres lo que quieres mostrarme, pero además yo tomo parte de lo que me muestras nada más, lo mismo yo mostrándote lo que quiero y tu interpretas lo que ves de mí, no creo que yo esté viendo al tu real y yo no me ves a mí real”.
¿Al leerte también es ir descubriendo aristas tuyas, no solo este libro sino los relatos que se han ido publicando?
“Me has descubierto (jajaja) estoy en todos los mundos que escribo o en los que han valido la pena escribir, la única escritura que para mí tiene sentido es cuando yo estoy ahí y en este libro me pasó, no en todo lo que escribo hay cosas que dejo guardadas a ver si puede ser en otra ocasión, pero la verdad cuando escribí esta novela estaba muy metida en esto y viví en carne propia lo que estaba viviendo mi personaje en esta historia”.
“Me gusta mi vida, pero me parece que eso que le pasó a la escritora que se despierta una mañana en medio de un campo sin saber nada y de pronto empieza a ver a sus personajes y dialoga con ellos, ellos la cuestionan, no la tratan con mucha amabilidad, incluso algunos parecen saber más de su vida que ella misma, luego de la historia que había escrito”.
“Ella pregunta con curiosidad y qué pasó después de eso que escribí, los personajes están conscientes de que ella es la escritora y es una cosa que me fascina. El poder como escritora encontrarme con mis personajes y poder hacerles preguntas eso me resulta muy fascinante. Y de ahí para el manicomio. Esquizofrénica por decir que escucho voces y que son mis personajes”, suelta ahora si una contagiosa carcajada que provoca que algunas personas se acerquen a la mesa a ver de qué se trata tan amena charla.

Personaje
Se le presenta la siguiente situación, está en una librería y al dar la vuelta en un pasillo se encuentra con un personaje de un libro, ¿quién sería este personaje con quien quisiera platicar?
“Que maravillosa situación, tengo muchos, pero qué bueno que no me preparaste para esta pregunta si no me hubiera abrumado con el tema, jajaja, mira me fascina la mitología griega”.
“Un encuentro con los dioses del Olimpo, tal vez Eros o Afrodita me gustaría conversar con ellas acerca del amor desde dos puntos de vista muy diferentes, primero tengo que decidir con cuál Eros voy hablar, porque tiene muchas caras, puede ser con el Cupido la versión romana”.
“Mi pregunta seria cómo es que decide lanzar una flecha y cuál sería el objetivo, porque la flecha hiere, como el amor puede herir, pero si tiene la intención de herir per se cuando te lanza la flecha o la intención es que te enamores y que cargues con el dolor que tarde o temprano te va a traer”.
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