- La ganadora del Premio Rivera del Duero de narrativa breve de la editorial de páginas de espuma nos habla de su obra.
Juana María Ramírez.-
¿Qué tan vacía o fuerte puede sonar la frase “la vida por delante”? Magalí Etchrbarne, lo establece de manera sutil en su libro con ese nombre. Obra ganadora del premio Ribera del Duero, de la editorial Páginas de Espuma, a través de los cuatro cuentos que conforman el libro, hermanados en la pregunta constante de sus personajes sobre lo que vendrá después de lo narrado.
“Cuatro cuentos largos que dialogan entre sí, con su tema, con su atmosfera, con su clímax y también porque algunos personajes viajan de un relato a otro, hay elementos que comparten, hay temas que entrelazan sus dedos, por debajo de cada uno, de ahí cuentan sobre muerte, sobre la muerte de la vida, pero también sobre la muerte del amor, sobre los rituales alrededor de la muerte, así que de alguna manera me gustó pensarlos como cuatro cuentos, cuatro capítulos de una vida”. Describe Etchrbarne, durante su paso por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara., en donde estuvo para presentar su trabajo.

La vida por delante es un libro que no pasa desapercibido, a través de sus historias asistimos a episodios en la vida de esas mujeres, mujeres fuertes, combativas que han llegado aun punto de la vida en la que necesitan de la asistencia de otras igual de fuertes y combativas, que pueden ser, hojas, hermanas o amigas.
“En realidad lo que más me interesaba ahí era su coro de amigas que la acompañan, la sostienen, la acompañan incluso sus tratamientos médicos, en la vida, con sus ideas, con su máximas sobre sobre la vida, sobre el amor, me interesaba pensar sí como con quién se queda una mujer cuando se empieza a desvanecer, empieza desaparecer, se descompone o flaquean las figuras que habían estado, hasta el momento me parecía que las amigas eran como lo más potente y en ese cuento (Piedras que usan las mujeres) bueno aparece también una hija que la cuida con los cuidados, tareas de cuidado no muy visibles, pero tareas cuidados muy visibles de cuidado, que en general recae sobre las mujeres y que bueno, este puesto lo ocupa la hija y eso también pasa”.
Respecto al título, que dicho sea de paso engloba perfectamente los cuatro relatos del libro Magalí Etchrbarne, señala: “en la vida por delante es una frase que un personaje le dice a otro en el segundo cuento, es una chica joven que acaba de tener un accidente en el que acaba de morir su novio y la madre de él le dice eso, con muy buenas intenciones, como bueno, esto ya va a pasar, toda la vida por delante es una frase vacía que no significa nada y que la suelen decir mucho cuando somos jóvenes,
pero que en general no dice nada, porque la vida puede llegar a hacer un blug de eso mismo que estamos viviendo, entonces, bueno sí aparece como una ironía, después Juan, el editor, pensó que de una manera cifrada un poco en todos los cuentos esta aceptación de que es cierto, que la vida está por delante, la pregunta es ¿qué es lo que esta delante? muchas veces no es el pasado lo que está adelante es el futuro el que es incierto.
La amistad es la respuesta

“Alguien me dijo que la amistad aparecía como una respuesta al final de cada cuento, una forma de vincularse los personajes, terminan como perdonándose, compensándose de alguna manera, como un lugar de refugio y me parece que al final todo fue algo que quizás no me di tanto cuenta cuando escribía, que estaba la amistad, es algo que me di cuenta al final, leyéndolo incluso por lecturas de otros que la amistad parecía como remedio”.
Sus personajes, tienen amigas hijas, un círculo cercano de apoyo que forma parte en la vida de estas mujeres que si bien pasan por algunas desgracias en la vida siempre hay una mano que las mantiene formes.
“Sí, bueno en general me parece que la amistad de las mujeres, las amigas en la vida son un espacio sólido muy fuerte que permanece por años, sobrevive a las tragedias, a los avatares de la vida, que es un lugar donde tenemos un espacio, me parece que aplicamos la vida donde reflexionamos, las conversaciones de las mujeres en general me parece que es muy rica, que es muy nutrida, no me gusta usar esta palabra: sanadora, pero sí creo que tiene una forma paliativa”.
Aunque los cuentos hablan de historias de mujeres y su círculo solidario de mujeres señala que esa no fue su intención inicial, “no, no, los temas aparecieron, o sea, yo quería que fueran cuatro cuentos, cuatro cuentos largos, me gustaba esa idea que se leyeran como capítulos, pensé que podía ser un poco arriesgado participar en un concurso con cuatro cuentos nada más, pero no, los temas aparecieron después, me di cuenta de que la madre, la muerte, el trabajo, el amor, la amistad, eran como cosas que aparecían, muchos había aparecido, que no se repetían, quizás esa es mi debilidad y mi fortaleza y es en donde más tengo preguntas”.
“No busco respuestas que no hay, más bien trato de hacerme las preguntas, creo que es como un espacio para preguntarme, para ver, uno escribe porque tiene la comodidad con lo que viene la pregunta y eso me parece que se traduce en que los personajes tampoco tienen de todo claro como vivir o como salir del espacios opresivos, triste o del duelo, no hay no hay una sabiduría, lo que hay es un aprendizaje mientras se vive, que me parece que eso me pasa al interior de mi vida y que creo que le pasa también a los personajes, no hay demasiadas certezas, nada es muy claro, los finales nunca son resolutivos ni vienen a traerte soluciones ni vienen arreglar las cosas”.
La concepción de las historias son variadas, señala que ella solo partió de cuatro que quería contar “me gustaba como la sensación de que alguien pudiera asomarse a una vida, que abriera la puerta de una casa y te dijera bueno ahora vas a mirar una vida de cerquita, como a mí es en general me da curiosidad como viven el dolor las personas, creo que lo que quisiera es como mostrar unos días en la vida de los personajes, pero claro el pasado de esos personajes, lo que les pasó antes se abalanza, es muy difícil ver la foto nada más el pasado está ahí”, explica.
Ganar el Premio de la Rivera del Duero, para Magalí Etchrbarne a resultado ser toda aventura que la ha traído hasta la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, una de las más importantes del país, desde que lo ganó dice, ha estado en un sinfín de lugares, que no esperaba, sobre todo al ser el primer concurso en el que participa y que le ha traído un sinfín de experiencias.