Por pudor nunca dirás
Por Gabriela Vargas

Sí, ciertamente, es solo un juego que solo tú y yo conocemos. Ese pequeño juego secreto y casi infantil. Donde tus ojos tienen ese resplandor que la luna al salir los sigue con esa obsesión; en que audazmente, con esa mirada juguetona, cómplice, interpretamos todo.
Donde ese jugo de tu boca se derrama con sabor agridulce, tratando de aguardar al placer. Y tus mejillas ruborizadas dan ese toque requerido de inocencia al entorno, en que tus cabellos crespos están revueltos y marcan tu mirada. Y seguimos con ese juego inocente, secreto, que solo tú y yo sabemos, y que por pudor nunca dirás a nadie.
Del Taller Al Gravitar Rotando