Por Mario Díaz.- Durante el aniversario 40 del periódico español El País, se realizó un foro con tintes de charla amena entre Juan Luis Cebrián, Director Fundador de este diario; Mario Vargas Llosa premio Nobel de Literatura 2010 y colaborador del diario y Antonio Caño, actual director de este medio de comunicación global, entre los tres hicieron un recorrido por la historia de este emblemático e influyente rotativo.
Hoy por hoy esta institución periodística es sinónimo de libertad de expresión, para otros es la representación de calidad en el manejo del lenguaje, otros opinan que es un referente indiscutible de la promoción cultural.
Vargas Llosa, recordó que el periódico El País, fue un detonante principal que contrarrestó los efectos anquilosados que padecía el periodismo durante y en los años inmediatos tras la caía del franquismo, supo separarse de lo arcaico y mal hecho de los medios impresos de aquellos tiempos.
Recordó que procedente de su natal Perú, Vargas Llosa aterrizó en tierras españolas a finales de la década de los cincuentas y se dio cuenta que el periodismo que se hacía en aquél entonces era peor que el de su tierra, donde la cultura prácticamente era una cuestión que no pasaba los filtros del franquismo. Los textos cargados de lenguaje anticuado y un pésimo armado, que hacían de la lectura algo fastidioso, destacando que prácticamente no se publicaba información de otros países, mucho menos de América Latina.
Fue en 1976 cuando un grupo de jóvenes se propuso cambiar las cosas dentro de España, sin saber cómo ni los resultados que tendrían, se armaron de coraje para proponers una propuesta periodística fresca, con un lenguaje directo, y lo que el premio Nobel consideró más importante, rescató a España del aislamiento cultural, informativo en que permanecía y llevó al país a una nueva corriente de modernidad que fue imposible detener.
A pocos meses de su lanzamiento el diario El País era ya un medio autosustentable, de ahí lo que declaró Cebrián, “el periodismo debe tener la independencia total, financiera, ideológica y sindical”, sin deberle nada a nadie lograron en poco tiempo llegar al gusto de los lectores ávidos de información de su interés. Uno de los puntos indiscutibles, la calidad en la información y en el uso correcto del lenguaje, fue tal vez el primer periódico que tuvo un Manual de Estilo.
Para Mario Vargas Llosa, si bien las nuevas tecnologías y el uso de las redes sociales le han dado puntos positivos a la libertad de expresión pero también tiene a su manera de ver, puntos negativos.
“Soy un escéptico a la desaparición del periodismo de papel, las redes sociales tienen un efecto positivo porque es impensable ya las acciones de censura y de control, es bueno para la libertad de prensa. Pero se extiende la banalización, trivialización del chisme, la vulgaridad, el embute. La pantalla banalizó la información”, expuso el Premio Nobel.
Ante esto, Antonio Caño reviró al autor de La Guerra del Fin del Mundo, que el pasar a la publicación digital se debió a que un 70 por ciento de lectores que compraban el periódico dejaron de hacerlo, de medio millón de ejemplares vendidos a solo 200 mil, en solo seis años. Agregó que este efecto produjo también que un 70 por ciento de la publicidad también se alejara de sus páginas.
Hoy aclaró Caño que tienen 60 millones de lectores a nivel mundial debido a su página digital, en donde las participaciones de Vargas Llosa son de las más leías.
Finalmente coincidieron en que los retos a los que se enfrenta el periodismo a nivel internacional es combatir lo que se consideró el resurgimiento de las corrientes nacionalistas tanto en Europa como en América, pusieron los casos del Breixt en el Reino Unido y de que solo así se podía entender la presencia de un “Payaso Delirante como próximo presidente de los Estados Unidos”, expuso Cebrián. Considerando el deber de los medios periodísticos defender la democracia en todas sus representaciones para evitar que este nuevo embiste nacionalista logre germinar en autoritarismos.
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