Tejiendo la vida

whatsapp-image-2016-11-10-at-2-58-08-pmMario Díaz.- María Trinidad Murillo, sería una grosería preguntarle la edad, pero si te ganas su confianza ella es una mujer de trato amable, de plática constante y amena, que no se detiene a decir lo que realmente piensa.

Como muchas otras mujeres amas de casa y jefas de familia, se levanta temprano para iniciar sus labores, atiende a su marido y a su hijo Carlos, por el cual estará enfrentando una nueva batalla en su vida, hace quince días lo expulsaron de la primaria Urbana 19, Niños Héroes, del turno matutino. La justificación ser hiperactivo.

Trini, como le gusta que le digan, presentó un documento donde indican que el menor tiene ciertos problemas psicológicos, pero de nada le valieron estos argumentos. El niño desde entonces acompaña a su mamá a su trabajo.

¿Qué hace Trini para mantener a su familia?

Ella vende carpetitas, chambritas, zapatitos para bebés y desde hoy también suma a sus productos gorros y bufandas  de estambre para enfrentar el frío. Todos sus productos tejidos con gancho.

Su lugar de venta, la esquina oriente de la Catedral de Guadalajara, justo en el cruce de las calles Liceo e Hidalgo, espacio a donde se le ve llegar cerca de las once de la mañana, pone su tendidito, acomoda los zapatitos de bebé hasta enfrente, los gorritos más atrás, sus carpetitas justo en medio, donde se pueden ver mejor y mientras espera a los clientes sigue tejiendo sus productos, suena fácil pero para ella es complicado atender su negocio y estar al pendiente de su niño. Trini nació sin brazos y todo lo realiza con sus pies.

Recuerda que de joven una maestra le enseñó a valerse con solo sus pies para enfrentar la vida, la ayudó a adquirir la habilidad para hacer sus tejidos y a sonreírle a la vida.

whatsapp-image-2016-11-10-at-2-58-02-pmSu acento la delata como le otra entidad y efectivamente  se dice orgullosa de su tierra natal, Tabasco.

Nadie me ha dado nada, sentencia de manera firme doña Trini, este espacio yo pago mi permiso, no me lo regalaron. De lo que gano con eso también estoy pagando clases de pintura en el Palacio del Arte. Ella quiere pintar sus cuadros y llegara exponerlos.

Al preguntarse si recibe ayuda por parte de alguna autoridad, suelta la carcajada y aclara que “ellos solo ven por ellos”.

Comenta que el gobernador Jorge Aristóteles, le prometió que la ayudaría para conseguir una casita, “pero solo me dicen que ya merito, desde entonces lo busco y nunca lo encuentro, de esta promesa el 11 de octubre se cumplió un año y nada, creo que ya no me van ayudar porque ya se van”, sostiene categóricamente doña Trini.

Aunque refiere que se ilusionó un poco por conseguir una casita cerca del centro, no por un capricho sino porque siempre se le complica trasladarse hasta el centro, “los taxis y camiones no quieren llevar gente con sillas de rueda, les estorbamos, como que no les importamos nosotros”.

Trini, le ordena a su hijo que no se aparte de su cercanía, aunque en estos momentos el flujo de vehículos es muy escaso por Hidalgo por las obras de la línea Tres del Tren Ligero, tiene miedo de que se lo vayan a atropellar, se despide con una sonrisa y le da el precio de una carpetita a una turista interesada por su trabajo.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.